miércoles, 9 de noviembre de 2016

NUEVE MESES, NUEVE VALORES
Para mejorar la convivencia entre iguales hemos decidido incorporar dentro del Plan de Acción Tutorial una serie de actividades encaminadas a prevenir situaciones conflictivas, elaborando así el Programa "NUEVE MESES, NUEVE VALORES".

Con este Programas pretendemos fomentar en el alumnado valores como: el esfuerzo, la responsabilidad, la tolerancia, la amistad, el compañerismo, la empatía...


1.- OBJETIVOS

Los objetivos que queremos desarrollar en la Comunidad Educativa son los siguientes:



·                     Implicar a las familias en la participación del Programa.
·                     Los maestros/as, como animadores de la educación, ayudamos al alumnado a formar su personalidad y completar la acción educadora de padres/madres.
·                     El centro debe ser agente mediador para intervenir e influenciar, hacer partícipes activos, los distintos ámbitos de influencia: padres/madres, instituciones, organizaciones...
2.- PROPUESTAS DE ACTIVIDADES

Cada mes se trabajará un valor previamente acordado por las Coordinadoras del proyecto de ambos centros. Al principio de cada mes se le dará a cada alumno/a un cuento relacionado con el valor a trabajar para dicho mes. Lo llevarán a casa para leerlo y debatirlo con sus padres/madres.

A final de mes los padres/madres voluntarios acudirán al Centro para realizar con el grupo-clase la actividad o actividades que hayan preparado con respecto al valor a trabajar. Para ello pueden utilizar distintos medios: manualidades, cuentos hechos por ellos, dramatizaciones, canciones, power points...



3.- OCTUBRE, MES DEL ESFUERZO PERSONAL
EL PEOR PERRO GUARDIÁN DEL MUNDO


El peor perro guardián del mundo vigilaba un precioso palacete a las afueras de la ciudad. Se hizo famoso no porque no ladrara a los ladrones, que no lo hacía, sino porque, al ver a alguien con aspecto de delincuente, le abría la verja y le invitaba a pasar.


Así, con la ayuda de la oscuridad, casi todas las noches podía verse alguna sombra entrar al palacete y salir poco después cargada con sacos llenos de joyas y objetos de valor. El rumor de una casa llena de riquezas tan fácil de robar se extendió entre los ladrones de la zona, y estos incluso crearon un listado para reservar la fecha en que podría ir cada uno.


El encargado de hacer la lista y controlarla era Pocopaco, un joven ladrón con cara de tontorrón. No llevaba la lista por ser el jefe, claro, sino porque como después del robo cada ladrón desaparecía durante algún tiempo, solo podía llevarla el último en robar. Y ese puesto le había tocado a Pocopaco por ser el más tonto del grupo. Pero el pobre Pocopaco no le daba importancia y esperaba con ilusión el día en que le llegase el turno.

La noche en que por fin le tocaba robar a Pocopaco, este se acercó caminando al palacete, pero cuando se disponía a cruzar la puerta, por primera vez el peor perro guardián del mundo se puso a ladrar con fuerza.

- Está bien, está bien, Sansón. Esta noche me quedaré contigo y no saldré con ningún saco. Ya los hemos atrapado a todos.

Y es que Pocopaco no era ningún ladrón, y mucho menos tonto, sino el nuevo jefe de policía de la ciudad. Este, aprovechando que los ladrones se dedicaban a robar porque no querían esforzarse trabajando, les había tendido una trampa poniéndoles tan fácil robar aquella casa que no se habían podido resistir. Y cuando cada noche entraba un nuevo ladrón, pensando que iba a ser el robo más fácil de su vida, era detenido al instante por un montón de policías. Y al rato era el mismo Pocopaco quien salía de la casa cargado con el saco, haciendo creer a todos que el robo había sido un éxito y se habían escapado con el botín.

Y así fue, pasando una temporada en la cárcel, como aquellos ladrones descubrieron que cuanto mejor es algo, normalmente cuesta más esfuerzo conseguirlo, y no al revés.
3.- NOVIEMBRE, MES DEL TRABAJO EN EQUIPO


EL GRAN PARTIDO



       
Había una vez un grupo de niños que habían quedado para jugar un partido de fútbol por todo lo alto. Habían decidido que cada uno llevaría un elemento importante que hubiera en todos los partidos oficiales, y así, uno trajo el balón, otro el silbato, otro una portería, otro los guantes del portero, las banderillas del córner, etc...

        Pero antes de comenzar el partido, a la hora de elegir los equipos hubo una pequeña discusión, y decidieron que podría elegir aquel que hubiera llevado el elemento más importante.

            Como tampoco se ponían de acuerdo en eso, pensaron que lo mejor sería empezar a jugar al completo, con todos los elementos, e ir eliminando lo que cada uno había traído para ver si se podía seguir jugando y descubrían qué era verdaderamente imprescindible.

             Así que comenzaron a jugar, y primero eliminaron el silbato, pero quien hacía de árbitro pudo seguir arbitrando a gritos. Luego dejaron a los porteros sin guantes, pero paraban igual de bien sin ellos; y tampoco se notó apenas cuando quitaron los banderines que definían los límites del campo, ni cuando cambiaron las porterías por dos papeleras...; y así siguieron, hasta que finalmente cambiaron también el balón por una lata, y pudieron seguir jugando...

              Mientras jugaban, pasó por allí un señor con su hijo, y viéndoles jugar de aquella forma, le dijo al niño: 
-  "Fíjate, hijo; aprende de ellos, sin tener nada son capaces de seguir jugando al fútbol, aunque nunca vayan a poder aprender ni mejorar nada jugando así".    

               Y los chicos, que lo oyeron, se dieron cuenta de que por su exceso de orgullo y egoísmo, lo que se presentaba como un partido increíble, había acabado siendo un partido penoso, con el que apenas se estaban divirtiendo. Así que en ese momento, decidieron dejar de lado sus opiniones egoístas, y enseguida se pusieron de acuerdo para volver a empezar el partido desde el principio, esta vez con todos sus elementos. Y verdaderamente, fue un partido alucinante, porque ninguno midió quién jugaba mejor o peor, sino que entre todos sólo pensaron en divertirse y ayudarse.      


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